domingo, 14 de diciembre de 2008
Relaciones de poder en las sociedades modernas
Un exitoso empresario, quien mantuvo una hegemonía económica durante algo más de una década gracias a un hábil manejo y previsión de la bolsa de valores, acaba de perder todo a causa de una inminente crisis financiera de inevitables consecuencias.
A este señor, que por la naturaleza de su especie no le es posible admitir su caída, sólo le queda reivindicar la vigencia de su poder aferrándose a la soberanía del pobre que no tiene nada que perder. Una básica formación en sociología político-económica lo respalda.
Su minucioso plan consiste en atarse en las vías del Ferrocarril Belgrano, cuyo cargamento y destino desconoce y debe desconocer, con la sola razón de demostrar que está en su capacidad el hacerlo detener.
Visto así, la reafirmación de su condición parece inevitable. Sin embargo, esta víctima del voraz mundo empresarial ha descuidado en su desarrollo teórico el influjo de las telecomunicaciones en la vida moderna.
Es de este modo que ante la ejecución del plan, un transeúnte medio –quien no se encuentra en condiciones de interpretar actos de autonomía con propósitos elevados– decide avisar con su teléfono celular a las autoridades correspondientes. Las fuerzas policiales llegan con inusual prontitud, y antes de que el maquinista del Ferrocarril Belgrano se entere de la situación y se vea obligado a tomar una decisión, el empresario es llevado a la comisaría del distrito donde inexorablemente es golpeado, para el deleite de borrachines y pendencieros, durante al menos cuatro días.
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2 comentarios:
Esto debería estar basado en una historia real (hago especial énfasis en la palabra "debería" y sobre todo en la parte de "ía").
Próstata: este lugar goza de buen feng-shui... ¿cómo se hace para entrar y quedarse?
aun.no.vine@gmail.com
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